miércoles, 10 de abril de 2013

INVESTIGACIÓN-ACCIÓN PARTICIPATIVA EN PSICOLOGÍA COMUNITARIA



HERRAMIENTAS METODOLÓGICAS

La psicología comunitaria es una disciplina orientada a la solución de problemas y optimización de recursos. Debido a esto, los psicólogos comunitarios cuentan con una serie de métodos y técnicas eficientes tanto para generar conocimiento como para intervenir en la realidad social. Cabe señalar que muchas de estas herramientas son compartidas con múltiples disciplinas sociales pero que ya en el contexto contemporáneo vienen a ser un elemento compartido multidisciplinar.[1] En la tradición metodológica Latinoamericana se ha destacado la original producción en torno a la Investigación-Acción; al elaborado desarrollo existente originada en los aportes de Kurt Lewin, la integración de las propuestas de Argyris y Schön se sumaron al compromiso militante de los 70'. Esta confluencia dio como resultado la IAP (investigación acción participación) que fundo la originalidad de la PC Latinoamericana. A partir de los años 80' la crisis paradigmática cuestionadora de los modelos "modernos" introdujeron perspectivas críticas en temas de genero y cultura, que se sumaron a la trayectoria de critica socioeconómica que ya era un patrimonio de la PC. Los psicólogos comunitarios que -basados en las ideas de Gergen, Shotter, y B. Pearce- introdujeron los modelos construccionistas sociales (como Esther Wiesenfeld, Fernandez Cristieb, Saúl I. Fuks) se articularon con los aportes epistemológicos provenientes de las Teorías de la Complejidad.


Uno de los rasgos más destacados de la psicología social comunitaria latinoamericana es su fuerte identificación con los planteamientos de la investigación-acción participativa. Aunque los antecedentes de este método los encontramos dentro de la propia psicología social, en el esquela de investigación-acción propuesto por Kurt Lewin (1946), la mayoría de los trabajos de la psicología social comunitaria se inspiran en los planteamoentos de Fals-Borda (1959;1985), en los que aparecía el compromiso político como una dimensión fundamental.

La crítica a los planteamientos de la psicología social tradicional ha dado lugar también a algunas propuestas metodológicas propias, como el modelos de intervención en la investigación elaborado por Irizarry y Serrano (1979). Dicho modelo, en el que se reconoce la necesaria independencia que debe establecerse entre el proceso de investigación y el de la intervención, establece cuatro pasos a la hora de dar solución a los problemas que afectan a una determinada comunidad:

  1. Familiarización con la comunidad
  2. Identificación de necesidades y recursos
  3. Reuniones con sectores de la comunidad
  4. Trabajo colectivo y establecimiento de metas a corto y largo plazo
Los planteamientos derivados de la investigación-acción participativa son coherentes con la concepción de la persona de la que se parte en la mayoría de los trabajos realizados desde la psicología social comunitaria latinoamericana.

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