jueves, 11 de abril de 2013

PERSPECTIVAS SOCIOCOMUNITARIAS


Perspectivas socio-comunitario que se interesan principalmente por los problemas sociales y el cambio social. Algunos modelos que forman parte de este  son el modelo ecológico, el modelo de cambio social y el modelo del empowerment.

Modelo Ecológico



Desde que Haeckel propusiera a mitad del siglo XIX el término ecología para referirse a la ciencia que estudia las relaciones de los seres vivos con su medio ambiente, su reconocimiento ha sido cada vez más importante en muy distintos ámbitos de aplicación de las ciencias sociales. Principios explicativos de la interdependencia persona-ambiente (Serrano-García y Álvarez, 1992). Como sostiene la escuela de Chicago, entender el comportamiento a partir de las propiedades objetivas y físicas del ambiente no es adecuado para comprender la conducta. 

En esta línea, Bronfenbrenner (1979/1987) propone un modelo ecológico que tiene en  cuenta tanto los aspectos sociales como físicos del entorno, entendiendo que configuran un sistema del que forma parte la persona. El ambiente ecológico para Bronfenbrenner se concibe como un conjunto de estructuras concéntricas (llamadas micro, meso, exo y macrosistema) que contienen en un nivel cada vez más alto, a cada uno de los entornos anteriores.

El microsistema es un patrón de actividades, roles y relacionales interpersonales que la persona en desarrollo experimenta en un entorno determinado con características físicas y materiales particulares (Bronfenbrenner, 1979/1987)

Un mesosistema comprende las interrelaciones de dos o más entornos en los que la persona en desarrollo participa activamente; por ejemplo para un niño, las relaciones entre el hogar, la escuela y el grupo de pares del barrio; para un adulto, entre la familia, el trabajo y la vida social .

Un exosistema se refiere a uno o más entornos que no incluyen a la persona en desarrollo como participante activo, pero en los cuales se producen hechos que afectan a lo que ocurren en el entorno que comprende a la persona en desarrollo, o que se ven afectados por lo que ocurre en ese entorno.

El macrosistema se refiere a las correspondencias en forma y contenido de los sistemas de menor orden (micro, meso y exo) que existen y podrían existir, al nivel de la subcultura o de la cultura en su totalidad, junto con cualquier sistema de creencias o ideología que sustente estas correspondencias. 

En definitiva, el modelo de Bronfenbrenner proporciona para la psicología comunitaria, una delimitación precisa de los distintos entornos en los que participa el individuo (grupo, comunidad) en desarrollo.


Modelo de cambio social


El modelo de cambio social se encuentra particularmente ligado a la psicología social comunitaria latinoamericana. Así, mientras que en Estados Unidos y Europa, la psicología 
comunitaria surge como negación del modelo clínico médico, en Latinoamérica nace en los años setenta a partir de una corriente crítica de la psicología social (Buelga, 2001; Musitu y Cava, 2000; Musitu, 2004).

De acuerdo con los autores, el modelo de cambio social se basa en constructos centrales de la teoría marxista, del interaccionismo simbólico, de la educación popular de Freire y del construccionismo social (Serrano-García, López y Rivera-Medina, 1987; Watts y SerranoGarcía, 2003). El interés principal de este modelo se centra en las relaciones recíprocas que se establecen entre la construcción de la realidad social y el proceso de activación social. Se plantea que la activación social es el medio para lograr el cambio social. Para ello, es necesario que la comunidad tome conciencia de sí misma, de sus necesidades y situaciones reales, con el fin de descubrir con este proceso de concienciación, escenarios alternativos que se conviertan en estrategias para el cambio.

Sostiene que los objetos sociales que configuran el mundo en el que nace el sujeto -lenguaje instituciones o costumbres- tal y como postula el interaccionismo simbólico, determina el contenido de la mente subjetiva de cada persona. Para ello, ocurre un proceso de intersubjetividad en el cual el pensamiento de cada individuo -interacción personal- se desarrolla dentro de una red social (González Rey, 2002) en la que, obviamente, tiene un peso muy importante la ideología dominante. La mente que tiene un individuo no es una mente individual al expresar cada persona en cada situación un conjunto de costumbres y creencias adquiridas a través de la interacción social. La persona, el grupo, la sociedad, están inmersos en un mundo de objetos y de relaciones cuyo significado emana fundamentalmente del modo en que han sido definidos por aquellos con quienes se ha interactuado.

En síntesis, los principios defendidos por este modelo de cambio social son los siguientes: a) la democratización del acceso a la dirección y consumo de la riqueza social de todos los sectores de la sociedad; b) La necesidad de una comunidad informada y socialmente activa; e) el desarrollo de la investigación dirigida a mejorar la calidad de vida; d) El desarrollo de equipos de trabajo colectivos que aumenten el rendimiento intelectual, cultural y material de la sociedad; e) El desarrollo de un análisis crítico de las instituciones, de tal forma que estas cumplan con su función social; f) La legitimación de la cultura y la conciencia popular; y g) El desarrollo de una conciencia social por medio de un proceso educativo y cambio actitudinal.


El modelo del empowerment

A finales de los años setenta, Julian Rappaport de la Universidad de Illinois, preocupado como muchos otros psicólogos comunitarios por sentar las bases teóricas de la pubescente disciplina, propone tres componentes básicos que se constituyen en la antesala más inmediata de su marco conceptual del empowerment. 

El desarrollo de recursos, la acción política y la ciencia social son los tres componentes que interrelacionados e interdependientes entre sí, captan y delimitan según Rappaport (1977, 1981) el cuerpo teórico-práctico de la disciplina. En esta propuesta inicial, Rappaport entiende que la psicología comunitaria va ligada ineludiblemente a la adopción de ciertos valores que guían su intervención: diversidad, relatividad cultural y distribución equitativa de los recursos. 

El interés de Rappaport (1977, 1981, 2005) por dotar a la disciplina de una teoría válida que explique su campo de conocimiento y que sirva de guía a la investigación y actuación científica, le lleva a plantear, en la terminología de Kuhn (1962/1971), que el fenómeno de interés de la disciplina es el empowerment. De hecho, para Rappaport, el objetivo propio de la teoría en psicología comunitaria se sitúa en este constructo . El empowerment es lo que se intenta definir, comprender, explicar, predecir, crear o facilitar a través de las intervenciones y actuaciones de los científicos, mientras que la prevención es la forma de acercamiento al fenómeno de interés. En este sentido Rappaport considera que la prevención, siguiendo también a Kuhn, se equipara con el ejemplo, es decir, es una forma compartida en la comunidad científica de solucionar los problemas concretos. La prevención es la guía que dirige las estrategias de intervención mientras que el objeto de la teoría comunitaria es el empowerment; la promoción de condiciones saludables de vida.

Podemos afirmar que la potencia del empowerment reside no sólo en los aspectos claves que hemos visto, sino también en ser uno de los caminos que lleva sin duda, a adquirir lo que Javaloy, Espelt y Rodriguez (1999) llaman identidad social planetaria; lo que representa posiblemente, la vía estelar para asegurar la convivencia armoniosa del ser humano consigo mismo, con los demás y con la naturaleza.








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